Si nos quedamos sin electricidad o nos trasladamos a la montaña o camping o no tenemos una buena presión de agua una alternativa para estos momentos son los filtros de gravedad. Estos filtros no requieren electricidad para su funcionamiento, ni una conexión a un grifo o tubería, así que serían un producto a tener para el tema central de este blog.
Hervir el agua si bien en potabilización de agua ya vimos que no es cien por ciento efectivo, pero un complemento para tener nuestra agua lista para consumirla, son estos tipos de filtros de gravedad los que se componen de dos secciones, una superior en la que se coloca el agua y en la inferior en la que obtendremos el agua filtrada, en ocasiones el filtro puede ser de cerámica.
Los inicios de los filtros de gravedad
La marca British Berkefeld de Doulton, es una empresa que comenzó en 1826 usando los filtros de cerámica para mejorar el olor y el sabor del agua del Támesis, el cual en esa época era un foco de enfermedades como el cólera. Este tipo de filtro es recomendado por las ONG’s, Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras entre otros.
Las características principales de estos filtros de gravedad es que son se larga duración, se puede obtener agua para el consumo desde ríos, pozos, lagunas, refugios de montañas, lo mejor es que son compactos, filtran hasta el 99.9% de partículas y no utilizan corriente eléctrica.
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Que necesito para hacer filtros de gravedad
Si nos pilla en un momento en que no hemos alcanzado a comprar el filtro de gravedad existen formas de crear uno que nos puede ser muy útil para salir del paso.
Los materiales que necesitaremos son
- Dos baldes de calidad alimentaria con tapa o botellas de agua.
- Filtros certificados
- Taladro con brocas de ½ y ¾ de pulgada
- Válvula de salida
Paso 1: Preparar el contenedor superior
Lo primero es hacer un agujero en la base del contenedor superior (balde o botellas) y luego de forma alineada hacemos otro agujero en la tapa del contenedor inferior. Debemos asegurarnos de que queden bien alineados para que no perdamos agua. El agujero se realizará con la broca de ½ pulgada.
Paso 2: Preparar la salida de agua
Por encima de la base del contenedor inferior realizamos un agujero con la broca de ¾ pulgadas, en este orificio colocamos la válvula para que podamos sacar el agua.
Paso 3: Colocación del filtro
Ha llegado el momento de colocar el filtro, para esto tomamos el balde superior y en el agujero que realizamos en el contenedor superior introducimos la boquilla del filtro, con esto conseguiremos que pase el agua hacia el contenedor inferior.
Paso 4: Unir los componentes
Con el filtro ya puesto en el contenedor superior debes apilar ambos contenedores, para que te queden de la siguiente forma
Paso 5: Crear presión con el agua
Ahora solo debemos llenar el contenedor superior con el agua, coloca una cantidad considerable de agua para que con la presión que genera funcione el filtro de forma más eficiente.
Filtro pajita
Ahora si estamos lejos de una fuente de agua potable y no hacerlo no es una opción, existen sistemas que te pueden ayudar que son los filtros pajitas.
Estos son un tubo de plástico que se utiliza como pajita (de ahí el nombre), y que se introduce un extremo en el agua y por el otro se succiona. Al realizar la succión el agua pasa por un sistema de filtración que tiene la capacidad de eliminar protozoos y bacterias. En este tipo de filtro solo podrán pasar partículas con un diámetro inferior a 0.2 micras, las bacterias y parásitos tienen un diámetro superior a esto.
Algunos dispositivos tienen la capacidad de filtrar 400 litros de agua, limpian el barro y logran eliminar el 99.9 % de las bacterias acuáticas y parásitos.
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